• prueba del DS5 thp200 sport y rivales

  • Una zona en la que podrás hablar de todo lo relacionado con tu DS 5.

Por favor, no utilices mensajes privados, WhαtsApp o Telegrαm para resolver tus dudas. ¡Compártelas! Nuestro sentido es transmitir sabiduría. Si lo haces en privado, mañana no estará disponible. Encontraste nuestra comunidad en internet. De estar en privado no habrías encontrado nada. Abre un post y compártelas
Una zona en la que podrás hablar de todo lo relacionado con tu DS 5.
 #61  por Josupo
 
Imagen

No es fácil encasillar al tercer coche de la gama DS: más grande que un compacto pero no tanto como una berlina tipo C5, más alto de lo normal pero sin llegar a la cota de un monovolumen... Y mima capítulos como el lujo, el diseño o, por supuesto, el equipamiento, estupendo en todos los DS5 y brillante con el acabado Sport. Además, sus dotes deportivas, con el motor THP de 200 CV, son innegables. Un conjunto atrayente, en fin, penalizado por un gasto sensible al tipo de uso y un precio tan ‘premium’ como la imagen que irradia este exclusivo francés.



A partir de la plataforma usada en los C4, DS4 y C4 Picasso –tiene la distancia entre ejes de este último, 12 centímetros más larga–, Citroën ha creado el que, por ahora, será tope de gama en su distinguida familia DS. Se trata de un modelo que combina lujo y deportividad, dentro de un envase con cierto aire de ‘concept car’ –salidas de escape, llantas enormes, tomas de aire, piezas cromadas...– y con un formato a caballo entre los compactos tipo Golf y las carrocerías familiares de las berlinas. O sea, un tamaño que puede cuadrar con las necesidades de mucha gente. Y con cinco puertas, más altura que en un turismo ‘normal’ –vamos sentados cuatro centímetros más arriba que en el C5 y ocho más abajo que en el C4 Picasso– y un maletero apto para viajes en familia, aunque debajo no hay rueda de repuesto sino un kit reparapinchazos –al que se accede con dificultad– y nuestra unidad equipaba el sistema de sonido opcional DENON AUDIO, que resta capacidad. Y tres pequeñas críticas extra para el portón: el borde de carga queda un poco alto, no tiene botón de apertura –se abre con el mando o desde un botón del salpicadero– y tiene la luna dividida en dos porciones, de modo que el limpia trasero es cortísimo y barre un área pequeña.

Imagen

El habitáculo acoge sin problemas a cinco personas, pues las cotas de anchura, altura y distancia longitudinal son correctas, ligeramente superiores a las que tienen los coches del segmento compacto. Detrás, por ejemplo, hay 72 centímetros para las piernas cuando el conductor mide 1,75 de estatura. Lástima que bajo las banquetas delanteras haya tan poco hueco –cuesta meter los pies si llevamos botas– . Y en la parte delantera, pese a que las medidas son buenas –144 centímetros al nivel de los hombros y 93 de altura libre– se percibe una cierta sensación de estrechez debido a que las dos plazas tienen diseño ‘cockpit’, con asientos que sujetan bien y una consola central voluminosa. Nos referimos a la consola inferior, porque en el DS5, fruto de la inspiración aeronáutica de los diseñadores, existe una consola superior que va desde el retrovisor interior hacia atrás, y que no queda muy lejos de las cabezas. Acoge las luces de lectura, dos portagafas y ocho botones –tres para regular el Head-Up Display, otros tres de las cortinas de los techos solares y dos del sistema eTouch de emergencia–, pero nos parece más un guiño a la originalidad que a la practicidad. Sobre todo por la ubicación de esos botones, que estarían más a la vista en cualquier otro lugar del salpicadero. O en la consola inferior, que junto al mando multifunción de rueda tiene seis botones –elevalunas, bloqueo de elevalunas y cierre centralizado– que podrían ir en la puerta. Es decir, que si de nosotros dependiese redistribuiríamos los mandos para que primase la lógica sobre la ‘espectacularidad’ o usaríamos otro tipo de soluciones en mandos de climatización, audio... Al final te acostumbras a todo, pero en ergonomía hay soluciones buenas y no tan buenas.
Imagen
Para espectacularidad, en cualquier caso, la del volante, muy achatado por su cara inferior e incómodo de manejar al estacionar o en carreteras de curvas muy cerradas.

El acabado general es muy bueno, pues todo ajusta y hay materiales de calidad, y el confort también brilla a buen nivel, ya que la insonorización es correcta –el sonido que del motor que nos llega es bonito pero amortiguado– y hay una agradable sensación de lujo y protección. Porque, además, el equipamiento de los DS5 es realmente completo, y espectacular en el caso de la versión Sport probada, que cuesta 4.000 euros más que la variante Style –ya muy bien dotada, pues tiene triple techo acristalado, arranque y acceso ‘manos libres’, sensores de parking traseros o pedales en aluminio– pero añade sensores de parking delanteros, Head-Up Display, faros bi-xenón direccionales, tapicería de piel, asientos delanteros con ajuste eléctrico y calefacción –y función masaje en el de conductor–, navegador y cámara de visión trasera. Si quisiéramos un ‘premium’ alemán con todo ese equipo la factura se dispararía sin control, y eso ayuda a justificar la elevada factura de estos DS5 THP 200, que puede echar atrás a algún usuario si no analiza lo que recibe a cambio, que es mucho.

Porque el DS5, pese a que es un modelo algo más alto que sus rivales –mide 1,51 metros–, presume de una personalidad deportiva, en línea con su apariencia. Las vías, por ejemplo, son 40 milímetros más anchas en el tren delantero y 80 en el trasero respecto a un C4, y en esta versión THP 200 se recurre a unos neumáticos 235/40 R19 que concuerdan con el carácter del coche, pues se agarran perfectamente en curva y son capaces de transmitir los dos centenares de caballos al asfalto hasta en las aceleraciones más despiadadas; con ayuda, eso sí, de un ESP específico, dotado de control de tracción inteligente: nos ha gustado mucho, pues interviene sólo cuando es realmente necesario, y consiente un pequeño patinamiento al traccionar, lo que es ideal sobre nieve, por ejemplo. Sin abandonar el asunto de los neumáticos, la única pega tiene que ver con su bajo perfil, que en firmes deteriorados se traduce en un menor confort. Y tampoco ayuda en materia de ahorro, pues penaliza la aerodinámica y aumenta la resistencia a la rodadura. De ahí que no hayamos podido acercarnos a esos 6,7 l/100 km anunciados como media oficial –le sirven para pagar sólo un 4,75 por ciento de tasa de matriculación al dejar las emisiones en 155 gramos–. Si circulamos a ritmo muy tranquilo sí se nota que bajo el capó hay un moderno motor de poca cilindrada –1,6 litros– dotado de turbo e inyección directa, pero a ritmos más normales, con tramos de ciudad y carreteras de montaña, o en autovías de tráfico denso, bajar de los 9 litros de media es tarea complicada. Un promedio que se disparará más de lo esperado si practicamos una conducción deportiva, a la que anima esta versión, cuyas prestaciones son muy buenas. Así, por ejemplo, le hemos medido 8 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h –anuncia 8,2– y unos tiempos de recuperación magníficos, incluso en sexta. Y ese brío del motor THP 200 –es el mismo que el THP de 156 CV, pero con 1,2 bares de presión máxima de turbo, escape deportivo con Sound System y otras mejoras técnicas– forma un cóctel perfecto con un cambio de manejo rápido, unos frenos de gran eficacia –lleva los mismos discos que la versión Hybrid4, también de 200 CV–, una dirección rápida o una suspensión que reduce al mínimo los balanceos y cabeceos, y que guía las ruedas por la trayectoria deseada, como por raíles. O sea, seguridad, diversión y mucho placer, que es de lo que se trata ¿no?

RIVALES

Imagen
Citroën DS5 1.6 THP 200 Style

Precio: 31.750 €

Consumo: 6,7 l/100 km

0-100 km/h: 8,2 s

Maletero: 468 / 1.288 l

Si tomamos como referencia la versión Style, 4.000 euros más barata que la probada, tenemos un precio más accesible, aunque todavía abultado. Sin embargo, el equipo de serie sigue siendo estupendo, y tendremos un coche con techo solar –en realidad tres techos, cada uno con su cortina eléctrica interior–, llantas de 19 pulgadas, sensor de parking... No es el más rápido, ni el que menos gasta, pero sí es deportivo y a ritmos tranquilos su consumo es asumible.
Imagen
Audi A3 Sportback 2.0 TFSI 200 Attraction

Precio: 30.860 €

Consumo: 7,2 l/100 km

0-100 km/h: 7,1 s

Maletero: 370 / 1.100 l

En breve veremos las primeras fotos del nuevo A3, que será presentado primero con carrocería de 3 puertas y tendrá una variante Sportback de 5 a finales de año. Pero hasta que llegue ese día no parece mala idea la compra del modelo actual, ejemplo de calidad y robustez, y al que nadie discutirá la condición ‘premium’ que Citroën trata ahora de ganarse con sus DS. Además, el Sportback es 23 centímetros más corto que el DS5, y eso se nota en ciudad. A cambio, su maletero es bastante más pequeño.
Imagen
Lancia Delta Gold 1.8 T-jet 200 Sportronic

Precio: 29.790 €

Consumo: 7,8 l/100 km

0-100 km/h: 7,4 s

Maletero: 380 / 465 / 1.190 l

Sin duda, es el modelo de filosofía más parecida a la del DS5, pues el Delta es un compacto grande –4,52 metros– y ambicioso, ya que trata de ganarse una clientela que valore el refinamiento y el lujo , pero también el dinamismo. Pero igual que el DS5 THP 200 no está disponible con cambio automático –el THP 155 sí ofrece ese tipo de transmisión–, el Lancia no combina el motor 1.8 Turbo Jet con un cambio manual. Su banqueta trasera corredera permite ampliar el maletero
Imagen
Seat Exeo ST 2.0 TSI 210 Sport

Precio: 31.710 €

Consumo: 7,0 l/100 km

0-100 km/h: 7,3 s

Maletero: 442 / 1.355 l

El Exeo es una berlina media pero de tamaño relativamente compacto: mide 4,66 metros. De ahí que su variante familiar ST nos parezca un duro oponente para el nuevo coche de Citroën, ya que Seat también explota la vertiente dinámica –especialmente en esta versión 2.0 TSI de 210 CV–, tanto por motor como por chasis. Y, no lo olvidemos, el Exeo deriva del anterior Audi A4, toda una garantía en cuestión de robustez y acabado. De los cuatro es el más práctico y funcional.